Hoyo de Monterrey Puros Cubanos

Hoyo de Monterrey. José Gener. 1860,  es la inscripción que consta en la puerta de entrada de la plantación de los famosos puros Hoyo de Monterrey, ubicada en San Juan y Martínez, en el corazón de la región de Vuelta Abajo, reconocida en Cuba y en todo el mundo por las excelentes vegas que posee.

En Vuelta Abajo se obtienen hojas de una extraordinaria calidad, que se utilizan para crear los mejores habanos del mundo. Hechos a mano y con una tripa larga, los Hoyo de Monterrey hacen las delicias de aquellos que buscan puros de baja fortaleza, con matices delicados y aromáticos de café, vainilla, chocolate y tierra.

Hoyo de Monterrey poseen un sabor suave debido a su ligada, siendo cigarros complejos en sus sabores, destinados a los paladares más exquisitos, pero a la vez poseedores de un atractivo punto de distinción.

José Gener y Batet llegó a Cuba procedente de España a la edad de trece años, en 1831. Obtuvo su primer trabajo en Vuelta Abajo, en la plantación de su tío. Tras dos décadas destinadas a adquirir los conocimientos necesarios y la capacidad para emprender su propia aventura, Gener abrió su primera fábrica de cigarros en La Habana para producir su propia línea de cigarros, La Excepción, que triunfó rápidamente en el mercado americano. Con las ganancias que obtuvo adquirió una de las mejores plantaciones de tabaco de Vuelta Abajo en 1860, y siete años más tarde sacó al mercado una marca de puros que llevaba el mismo nombre que la plantación, Hoyo de Monterrey, The Hole of Monterrey en inglés, que triunfó gracias a su excepcional calidad.

Hoyo de Monterrey capitalizó el éxito de la línea de La Excepción y logró un gran triunfo en Estados Unidos y Europa de la mano de Gener, tabaquero de gran sabiduría que controlaba a la perfección la cosecha de la producción y su manufactura en cigarros puros. Tenía conocimientos innovadores en marketing, y logró que los Hoyo de Monterrey alcanzaran fama como la marca de Habanos con cigarros más suaves y ligeros. Gener dominó el mercado hasta su muerte, en 1900, y posteriormente la compañía fue vendida a Fernández y Palicio.

En la década de 1930, Hoyo de Monterrey produjo las vitolas más reconocidas de la marca, que en la actualidad sigue siendo un referente para los amantes de los puros más suaves, ofreciendo unas quince vitolas hechas a mano y otros tantos a máquina, siendo una de las mejores que figuran en el catálogo de Habanos S. A.